Aída Gómez (Se abre en ventana nueva)La bailarina madrileña Aída Gómez es Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en la Categoría de Danza 2008. Además, ha recibido otros galardones como la Medalla de Plata del Teatro de bellas Artes de México (2000), el Premio Nacional de Danza (2004) y el Premio La Barraca de Artes Escénicas 2010 (UIMP). Ha sido Primera Bailarina del Ballet Nacional de España y artista invitada en grandes galas internacionales (Trieste, Carcassonne, San Petersburgo o Tel Aviv).
 
En 1997 inauguró el Teatro Real de Madrid protagonizando el Sombrero de Tres Picos, junto a Antonio Márquez. En 1998 fue nombrada directora artística del Ballet Nacional de España (convirtiéndose en la más joven de la historia). En 2001 creó su propia compañía. Desde entonces, recorre los grandes teatros en distintas giras internacionales por Europa y Asia. Y desde marzo, "Aída Gómez" es la compañía residente en Pozuelo de Alarcón, con sede en el MIRA Teatro.

Aída Gómez (Se abre en ventana nueva)Ingresó en el Ballet Nacional de España con 14 años. ¿Cómo recuerda sus inicios?

Lloraba mucho (sonríe), porque Antonio, que era un genio, también era muy exigente. Me acuerdo que hicimos una gira de tres meses por Estados Unidos y cada vez que veía un avión, lloraba. Antes no había móviles y la distancia era difícil. Echaba de menos a mi familia. Recuerdo esta etapa como muy dura pero a la vez muy apasionante. Aprender al lado de un genio fue maravilloso.

A la vista está que es usted una artista vocacional aunque no desciende de familia de bailarines. ¿En su caso ha nacido o se ha hecho para la danza?

Con 14 años empecé la etapa profesional y con siete me enganché a una barra. Dice mi madre que en la guardería me llamaban la bailarina. Recuerdo que le recomendaban los profesores que me llevara a una academia. Y mi madre pensaba que allí me iba a aburrir. Cuando escucho que un artista es vocacional, pienso que la vocación no la elijes sino que viene con uno. No he podido elegirla. Bailar es la mejor manera con la que me sé expresar.

¿Considera también que la vocación es importante en cualquier actividad vital que se realice?

Yo en mi caso sí. No sé si a otras personas les pesa demasiado ser vocacional porque ¡pesa eh! La vocación no se elije, va contigo y como tal, te convierte en una persona cada vez más exigente y perfeccionista. Pero me considero una privilegiada porque pienso que todavía puedo vivir de esto y hay mucha gente que se ha quedado en el camino. También tengo que reconocer que nunca he tenido grandes obstáculos en el camino para tirar la toalla. Y esto me ha hecho más fuerte. Hasta el punto que mi profesión se ha convertido en una filosofía de vida.

La expresión corporal es su mejor arma de comunicación pero, ¿qué otras cualidades hay que tener para ser una buena bailarina?

Tiene que haber muchas. Constancia, porte. Pensemos que en un bailarín tiene en su contra el trabajar con un espejo las 24 horas porque el ego te mata. Por eso es muy conveniente siempre rodearte de gente que te quiera de verdad porque es muy fácil que te adulen. Pero cuando bajas del escenario eres una persona normal que te pasan las mismas cosas que al vecino de enfrente. Además, hay que tener mucha inteligencia porque la danza combina músculos con dedo del pie derecho, pestaña del ojo izquierdo... pero sobre todo hay que tener amor por lo que uno hace para hacerlo cada día mejor. Hay que tener honestidad para subir al escenario.

¿Qué lugar ocupa el talento dentro de este arte?

La técnica es como la gramática para un periodista. No nos vamos a engañar. Pero eso es un 50% del arte. Para que me entendáis, si yo puedo expresarme y comunicar mejor es porque la técnica ya la tengo acoplada. No la pienso porque ya la he trabajado. La técnica tiene que estar muy machacada para que cuando un bailarín llegue al escenario tenga una libertad absoluta y se deje llevar. En este momento aparece la magia. La técnica tiene que estar dominada, depurada, machacada en los ensayos para que luego puedas gozarla en el escenario porque el goce son segundos (se emociona). Y cuando llega ese momento de disfrute en el escenario es porque la técnica está dominada.

Aída Gómez (Se abre en ventana nueva)El ballet clásico requiere una mayor rigidez al bailarín, mientras que la danza es más libre. Usted domina la técnica de ambas con gran versatilidad. ¿Dónde está el secreto?

Cuando yo empecé a bailar tenías que hacerlo a escondidas. Si ibas a clase de ballet no podías decir que ibas a español y viceversa. Hubo unos años en donde se encasillaba al bailarín y si empezaba ballet era sólo para esto y si empezaba danza española continuaba solamente en esta especialidad. Es verdad que son dos disciplinas distintas. No tiene nada que ver ballet con danza española porque el método de trabajo cambia. Pero si desde pequeño se adquiere y se asimila, con buenos maestros, la sensación de la danza y del ballet, este es el mejor secreto.

¿Se fomenta todo lo que se deberían las disciplinas artísticas, como la danza, desde la infancia?

No. El baile es tan sano que debería ser fundamental en el desarrollo infantil. Es como el que hace yoga o Pilates. El baile es oír música, oír tu corazón, libertad de movimiento, que tu mente no piense, es concentración... ¡Es una maravilla!. El cuerpo se coloca de una manera, la mente se coordina con el cuerpo y sobre todo adquieres una gran disciplina pero no sólo en el baile sino para toda la vida.

El Premio Max, el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid y el Premio Nacional de Danza, entre otros, avalan su profesionalidad, pero ¿cuál es o sería su mejor galardón?

Levantarme por la mañana, hacerme el moño y seguir ahí. El mejor premio es poder tener salud, ilusión, y las mismas ganas de cuando empecé. Sin duda mi mejor recompensa es levantarme y seguir hacia delante.

Ha hecho cine con Saura, ha interpretado a Frida Kahlo con Antonio Canales, ha bailado con Joaquín Cortés... ¿Qué le queda por hacer?

Yo nunca pienso en que tengo que hacer esto o lo otro. Creo que lo importante es hacer las cosas bien, con calidad y así es como van surgiendo: si uno está preparado. El tren nos para a todos, el problema es no estar preparado. Me quedan muchas cosas por hacer. El mejor ejemplo es ahora Pozuelo en donde puedo hacer muchas cosas como transmitir a los niños el amor por el baile.

Se ha convertido usted en una gran defensora de la Escuela Bolera como germen de la danza española. ¿Qué es para usted esta Escuela?

La base absoluta de la danza española. Es una técnica de zapatilla que no la bailan ni los mejores clásicos porque adquiere una velocidad impresionante y con castañuelas. En definitiva, la Escuela Bolera es danza, es carácter, es velocidad... es la base de la danza española.

Aída Gómez (Se abre en ventana nueva)"Aída Gómez" es la Compañía residente en Pozuelo. ¿Qué significa esto para usted y para la compañía?

Algo muy fundamental para mí. Cuando me dieron la noticia no me lo creía porque por fin la compañía va a estar en un sitio que se merece y va a disponer de una infraestructura para poder trabajar.

Con la llegada de esta compañía, el Ayuntamiento potenciará el papel de la danza en el municipio. ¿Qué opina?

Eso es lo que esperamos. Es maravilloso porque la danza siempre ha sido la hermanita pobre de las artes escénicas a pesar de que tiene algo muy bonito: no tiene fronteras porque no hay texto, no hay idioma. La danza es cuerpo, expresión y emoción y estas tres características son comunes a todos los públicos sin necesidad de diálogo.

Usted también imparte clases a jóvenes promesas. ¿La veremos en Pozuelo ejerciendo la docencia?

Si, por supuesto. Es necesario para mí, además. ¡La docencia es una forma de aprender tanto! Es muy frustrante que un buen talento no pueda desarrollar su carrera por falta de posibilidades y esto me obliga a ejercer la docencia. La danza pasa muy rápido y hay que fomentarla desde la infancia.

Ensayará con su Compañía en el MIRA Teatro. ¿Qué le parece esta instalación municipal?

Maravillosa. Es más, te voy a decir que este teatro es uno de los mejores para la danza que hay en Madrid. Las butacas están muy bien situadas, está muy bien dotado y está muy cerca de Madrid. El MIRA Teatro lo tiene todo.

Pasará horas ensayando en Pozuelo. ¿Le gusta este municipio?

Me encanta. Se vive muy bien en Pozuelo. Tengo muchos amigos aquí. Incluso hace poco estuve con uno que me intentaba convencer para que me viniera a vivir aquí y tiene toda la razón porque estoy muy vinculada a este municipio. Me lo pensaré.