Fernando Sánchez Dragó (Se abre en ventana nueva)Vitalidad y sabiduría.
Algunos firmarían por llegar a los 71 años con la vitalidad casi druídica que tiene Sánchez Dragó, un hombre que vuelve a ser noticia con motivo de la publicación de su último libro: "Y si habla mal de España... es español".
Sánchez Dragó, como buen guerrero termestino, atiza con su prosa descriptiva, con su falcata de palabra, a diestro y siniestro, porque le duele España. Aunque asegura que ya no hay marcha atrás para cambiar lo inevitable concluye esta entrevista con esperanza: Todo está bien. Nada importa nada.
Texto: Isabel González del Vado

Sabemos que está Vd. en plena promoción de su último libro "Y si habla mal de España... es español". ¿Cómo lo lleva?
Con entrevistas, firmas de libros... y así un día tras otro. La verdad es que si hay algo que merezco es la Medalla del Mérito al Trabajo porque he trabajado 365 días al año, durante 14 horas al día y así un día tras otro. Si no hiciera esto, haría otras cosas; estoy todo el santo día en danza.

Vd. no vive en Pozuelo pero casi. De lunes a jueves presenta Diario de la Noche, en Telemadrid. ¿Ha podido conocer el municipio?
No. Además, todo lo que sea moderno... Odio las rotondas con toda mi alma, son una ruptura de la secuencia lógica. Cuando vivía en Kenia, me encontré por primera vez con las rotondas, que las llevaron los ingleses; me llevaba las manos a la cabeza porque son un atentado al sentido común. ¡Bah! Llego a España, y empezando por Pozuelo, se ha llenado de rotondas. Yo, donde hay rotondas, donde hay asfalto, huyo como de la peste. Yo vivo en Malasaña, que es como un pueblecito, y donde realmente está mi casa es en un pueblo de ocho habitantes, donde no hay ni taberna y la casa más moderna tiene 300 años.

Dicen que Pozuelo es uno de los municipios más verdes de la Comunidad...
Pues la verdad es que cuando voy allí -por Pozuelo- todo lo que veo son rotondas, coches... El mundo moderno ¿no? La verdad es que soy un antidesarrollista; estoy en contra el crecimiento económico. Lo único que puede salvar el mundo es que se detenga el crecimiento económico.

Yo que esperaba que dijera algo bonito...
No lo puedo decir. Creo que la forma más alta de la cordialidad es la sinceridad...

Coincido con Vd.
Entonces, yo no te puedo mentir.

Se lo agradezco.
Lo único que recuerdo con agrado de Pozuelo era una placita pequeña. Era como el corazón antiguo de la ciudad. Eso es lo único realmente habitable en Pozuelo, si es que existe aún.

En Libertad, fraternidad, desigualdad. Derechazos, Antonio Ruiz Vega, su entrevistador y amigo, dice que Vd. se contradice.
(Sonríe). Yo creo que todos nos contradecimos ¿no? Uno es al mismo tiempo creyente y ateo, monárquico y republicano, de derechas y de izquierdas. Esa es la condición humana, aunque yo no creo que sea tan contradictorio. Cuando leo lo que escribía cuando tenía 20 años veo un hilo de coherencia. Yo, entonces, era un liberal y sigo siendo un liberal; era un libertino y sigo siéndolo -vuelve a sonreír-. Dentro de esa coherencia pues sí, zigzagueo.

Sánchez Dragó frente a su máquina de escribir (Se abre en ventana nueva)En su último libro describe el entorno de su domicilio en Madrid como un lugar donde mejor no vivir pero ahí sigue...
Bueno, es un lugar tal y como lo describo, pero el resto de Madrid es peor. En mi libro, que nace de un cabreo monumental con este país, explico que España es de lo peor, en contra de lo que los españoles, con su triunfalismo, creen. Que se coma bien y que haya bonitos paisajes no es lo que genera calidad de vida, una expresión que detesto, porque es una cursilada. Un país en el que se vive bien es aquel donde la gente es honrada, donde todo el mundo cumple con su deber. Eso es lo que torna habitable un país y en España brilla por su ausencia.

Es una reflexión muy unamuniana...
Sí, cierto.

Le duele mucho España, hasta la "bola".
Sí, porque si no, no habría escrito nada menos que seis libros. De ahí nace realmente mi último libro. Mi mujer, mis hijos, mis amigos me dicen "pero si eres más español que nadie". Sí, me doy cuenta de que yo soy muy "unamuniano", muy español, y ese es el misterio que me lleva a escribir este libro, que nace de "Muertes Paralelas", novela en la que reconstruyo el asesinato de mi padre. En "Y si habla mal de España... es español" intento, desesperadamente, averiguar por qué, a pesar de todo, me siento casi más español que nadie. Sé que es un libro injusto, porque seguro que hay muchos españoles que no son así, pero la España que ahora se ve es hortera, cainita...

También critica la televisión. Sin embargo, Vd. es más popular gracias a este medio...
Desgraciadamente, porque la popularidad es la mayor catástrofe de mi existencia, se lo aseguro. Yo soy un lobo, un oso, un lagarto, un escarabajo, un gato, mis animales totémicos; continuamente me voy fuera para que no me conozcan y ahora, maldición, por culpa de los turistas también me conocen en el extranjero. La televisión es para mí un divertimento. Lo único que soy es escritor y, en todo caso, periodista, pero escrito.

¿Está haciendo el informativo que quería?
No, por muchas razones. Hay una servidumbre técnica, hay un equipo... A mí me gusta trabajar solo y sin tecnología. Cuando estoy con mi folio y mi máquina de escribir, que no es eléctrica, estoy contento. Además, tengo que dar noticias que no me interesan. Luego están los "varietés", que es donde logro convertir Diario de la Noche en Teledragó, en un diario de autor. Eso sí me gusta muchísimo más.

Cuando finalice su etapa en Diario de la Noche quiere hacer la ruta del islam. Si le ofrecieran continuar con un formato televisivo a su gusto ¿se quedaría en España?
Estamos en trato para hacer una vez a la semana, luchando contra la telebasura, un magacín que se llamaría Dragolandia, divertido, iconoclasta, trasgresor, escéptico, políticamente incorrecto, culto, elegante, en fin, un poco como soy yo con mi mundo. Me permitiría compatibilizar viajes con televisión.

Hay una página en Internet cuyo lema es "Seguimos siendo celtíberos" ¿Lo comparte?
Yo creo que las líneas de fuerza que se fraguaron en la prehistoria y en la historia antigua son tan poderosas que es casi imposible que desaparezcan. Así que, efectivamente, seguimos siendo celtíberos.

¿Con qué se encontrarán nuestros nietos?
Sencillamente no tendrán herencia. Les hemos arrebatado la historia y no les estamos dando educación. Cuando empuñen los mandos de España el país se irá al garete.

¿No hay solución?
Por lo visto no. Las cosas se han disparado de tal manera que volver atrás es imposible.

El escritor junto al las casrtas de Tarot (Se abre en ventana nueva)Acláreme algo que Vd. ha dicho: "si eres varón, no seas monógamo" y "si eres mujer sé libre, pero no promiscua". No termino de entenderlo...
La manera de enfrentarse al sexo es completamente distinto para uno y otro por un mandato biológico, algo que viene desde la época de las cavernas. Una mujer promiscua podía quedarse embarazada de personas que no sabía quiénes eran, por eso no se entrega con la misma facilidad que el hombre, que no crea hogar; para que haya hogar tiene que existir una mujer porque es la que da a luz, la que amamanta y la que organiza el hogar. Con eso yo estaba elogiando a las mujeres y denostando a los hombres. La mujer es mucho más profunda.

Me parece bien la aclaración.
Sabía que le iba a gustar. Yo tengo mucha mejor opinión de las mujeres que de los hombres. Si hay reencarnación, sueño con reencarnarme en mujer.

Se va a enterar Vd. de lo que es bueno...
Es la asignatura que me falta.

¿Sabe ya por qué estamos aquí?
He dedicado toda mi vida a indagar en esos misterios y lo que hay que hacer es averiguar quién eres para saber lo que tienes que hacer. Hacer lo que quieres y además lo que debes, sin culpabilidades, eso es la felicidad. Eso en el mundo antiguo se trasmitía de unos a otros, pero nosotros hemos roto con el saber tradicional, ya no sabemos quiénes somos; tenemos miedo a la muerte. Yo le digo a la gente: muérete y perderás el miedo a la muerte. Y un consejo: haz lo que temes y el temor desaparecerá. Todo está bien. En el mundo no hay nada que no tenga sentido. Nada importa nada.