27759_1121122008123937.jpgProbablemente, en este mismo instante, este pozuelero de pura cepa se encuentre en Nepal, uno de los 12 sitios donde asegura que se perdería. Mientras las ciudades bullen, ajenas a Gaia, él prefiere estar donde la naturaleza le susurra tantos secretos que no puede dejar de escucharla. Por eso siempre que puede se escapa para reencontrarla. Le hemos conocido por ser el director de Al filo de lo imposible, un programa desde el que él y su equipo nos han hecho viajar a los lugares más recónditos e inaccesibles sin movernos del sillón. Aunque el ERE de RTVE amenaza con el fin de este programa, Sebastián asegura que le queda cuerda para rato y no sólo de escalada.
Texto: Isabel González del Vado

 

 

 

En las últimas semanas ha sido usted noticia por formar parte de la lista del ERE de RTVE. ¿Cómo ha afectado esta decisión a su vida?

Afecta en el sentido de que se acaba mi pertenencia a TVE, una empresa en la que he estado 41 años. Entré con 17 y me voy con 58; prácticamente toda mi vida laboral. Bajo esa perspectiva se ha acabado un ciclo en mi vida, sin duda importante, pero vamos, ni se acaba mi vida personal, ni la profesional.

Me ha costado mucho tiempo saber qué quería hacer y qué hago mejor y luego rodearme de un equipo de gente que, bajo muchos aspectos, es única e irrepetible; gente capaz de subir montañas de más de 8.000 metros o de ir andando al polo norte o al polo sur, de atravesar la Cordillera de Los Andes o el K2 en globo.

La vida es una paradoja ¿no? Con 58 años usted sigue siendo joven, más con la forma física que su trabajo le ha exigido, y además, el programa que dirige ha cosechado todo tipo de reconocimientos.

Efectivamente, y tengo la misma opinión que el Ministro de Trabajo actual que ha dicho que le parecía una locura que se jubile a los 48 ó 52 años. Es exactamente la misma opinión que he mantenido y por la que he sido reprendido varias veces en mi empresa. Así que espero que ahora llamen al Ministro de Trabajo y le reprendan también (sonríe).

Por otro lado, respecto a lo que ha significado "Al filo de lo imposible", me parece que ya no tenemos nada que demostrar. Ha sido nombrado uno de los 10 mejores programas de TVE de todos los tiempos, probablemente sea la marca más prestigiosa de la televisión, que hemos creado mis compañeros y yo y que hemos defendido y llevado hasta lo más alto.

Precisamente le iba a preguntar si "Al filo de lo imposible" podría continuar en alguna otra cadena.

Eso es algo que deberíamos hablar a partir del 31 de diciembre, porque yo juego en este equipo hasta esa fecha y no voy a hacer nada que contradiga lo pactado.

Usted, como en su día Félix Rodríguez de la Fuente, han supuesto un hito en la comunicación relacionada con la Naturaleza. ¿Cómo cree que ha influido usted y Al filo de lo imposible en este sentido?

 

45508_1121122008123956.jpg

Al filo... ha cambiado la cultura respecto de la montaña, de la aventura y, desde luego, de lo que supone el alpinismo, el vuelo libre, el buzoneo en nuestro país. Cuando nace, a finales de los 70, España prácticamente no pinta nada en la esfera internacional en estos deportes y ahora somos prácticamente de los mejores. No pintábamos nada, a excepción de las más prestigiosas. Sólo este año, por poner un ejemplo, con el programa de La Antártica ganamos la medalla en el Festival Internacional de Nueva York, que es uno de los más prestigiosos del mundo y la Medalla de Oro de Hamburgo. Eso es Al filo de lo imposible hoy día. Además, también hemos influido en cómo se ve ahora a los aventureros. Hemos ayudado a que España sea uno de los países más viajeros, de la gente que más practica senderismo, le gusta los deportes de aventura, etc. Buena parte de esa gente viene de la escuela de Al filo de lo imposible.

Dénos unos consejos básicos para ser un montañero responsable.

Hay que ser prudentes. Es lo fundamental. A la naturaleza se va a disfrutar, a mantener una relación especial que va más allá de lo físico, es espiritual. Hay que ir a la montaña a gozar de ella y no a quedarse en ningún sitio por nuestras torpezas.

¿Qué es lo que más le llena?

Me siento muy a gusto volando en parapente; las últimas travesías a pie por los desiertos han sido fantásticas y las que he hecho en moto por la Ruta de la Seda me parecen excelentes. Me encuentro muy a gusto en lugares donde la naturaleza, en su estado grandioso, natural y virgen, todavía, nos susurra misterio, fascinación.

¿Nunca tiene miedo ante tanta inmensidad?

Está bien sentirse pequeño y vulnerable y está bien sentir miedo. Es absolutamente natural. Al mismo tiempo hay que ser atrevido, hay que atreverse a fracasar y hay que arriesgar, porque no tenemos más remedio como especie. Arriesgándonos hemos prosperado y vivir es siempre riesgo.

Usted eligió Pozuelo de Alarcón para vivir. ¿Es su segundo refugio?

Sí, sobre todo porque mi familia estaba aquí desde hace 100 años. Toda la zona de Campamento, Aluche, Húmera, Pozuelo fue fundada por mi abuelo, que vino de Segovia con 16 hijos. El más pequeño es mi padre que ahora tiene 92 años. La calle principal de Campamento se llama Sebastián Álvaro por mi abuelo. La familia de mi padre labraba las tierras que estaban muy cerca de TVE, así que vivo aquí porque toda mi familia vive aquí y porque ahora, donde vivo, era la zona donde venía de pequeño a coger moras. Es un refugio. Puede parecer contradictorio pero cuando vuelvo de viaje estoy muy cómodo en casa, tengo la Casa de Campo al lado, monto en bici... Me parece que esta parte es la mejor y la más bonita. ¡Qué voy a decir! Estoy cerca del campo en el centro de Madrid.

Quizá haya algo que cambiaría.

 

12418_112112200812409.jpg

Creo que en los ayuntamientos siempre hay muchas cosas que mejorar y, en concreto, en Pozuelo siempre nos quejamos mucho de los impuestos que pagamos. Pero también muchas veces me pongo en el punto de vista del que está en frente. A mí me gustaría que Pozuelo tuviera más impacto en lo que hoy se llama la educación del deporte, en los chavales sobre todo. Eso supone enseñarles a jugar al fútbol y sacarles a la sierra. Me gustaría que tuviera mayor impacto cultural. Yo creo que un ayuntamiento como éste se lo podría permitir organizando las mejores jornadas de montaña y de aventura de toda España.

 

 

Muy breve

 

  • Defínase en una palabra. Aventurero en la primera acepción del diccionario: persona que voluntariamente asume aventuras.
  • En un hombre admira... La lealtad, la honradez, la fortaleza...
  • Y en una mujer... Lo mismo. No son valores exclusivamente masculinos.
  • De sus amigos destacaría... La capacidad que han tenido de aguantarme y de seguirme, literalmente, al fin del mundo.
  • De usted no le gusta... La vehemencia que a veces me pierde.
  • ¿Qué momento del día prefiere? Generalmente, la mañana.
  • ¿Algo que le haga muy feliz? Ver a mi hijo feliz, llegar a una cumbre alta y solitaria y volar en parapente.
  • ¿Lo que más teme? Temo un montón de cosas pero sé que voy a encararlo. Supongo que, como todo el mundo, lo que llegue más tarde que temprano, la muerte.
  • Le hubiera gustado ser... No cambio mi vida, a pesar de todo.
  • ¿Qué le pone las pilas? ¡Uy! Irme de expedición.
  • ¿Qué se las descarga? Volver a las ciudades, al mismo aburrimiento, a los mismos titulares de prensa.
  • ¿Un rincón del mundo para esconderse? Tendría 10 ó 12. Italia, Pakistán, China, Nepal...
  • ¿Una mejora en Pozuelo? Que no pinten los pasos de cebra en dos colores, por los que vamos en moto.