Miriam Marcos Maestre (Se abre en ventana nueva)Tímida, tranquila y segura, en la vida y al volante. Míriam es una de las 12 chicas que trabaja en una empresa con más de 200 hombres que "nos cuidan y miman mucho". Lleva 9 meses frecuentando las líneas de Pozuelo, una de ellas la nueva línea urbana, pero también de Majadahonada a Villaviciosa de Odón. Sus rutas dependen de la necesidad del servicio y del turno que tenga que cubrir. Tras varios años de dependienta en una tienda de ropa tras acabar su bachillerato, su novio le animó a sacarse el carné de autobús. Y desde entonces "me sorprende mucho que me guste tanto esta profesión".

Lo que peor que lleva son los turnos partidos porque prefiere el de mañana ya que así "aprovechas el resto del día" y "vas al compás de la vida de los tuyos". Para ellos no fue fácil asimilar que esta joven de 22 años se pusiese al frente diariamente de tantos pasajeros, pero en todo momento la apoyaron. Conduciendo ha visto que esta es, aparte de su profesión, una gran afición por lo que tiene en mente sacarse también el carné de moto.

Eso es entre otras cosas lo que hace los fines de semana, montar en dos ruedas con su novio e ir a un pueblo de Ávila, Navalacruz o reunirse con sus amigos. En verdad aunque más madura para su edad, hace lo que la gente joven, aunque reconoce ser muy afortunada "tengo un trabajo que me gusta mucho, que me permite ser independiente y con un horario en el que puedo hacer otras cosas". Una de ellas es pensar por ejemplo cómo ir decorando su futura casa ya que hace unos meses fue agraciada en el sorteo que realizó la Comunidad de Madrid con un piso de protección oficial en Móstoles.

Su madurez le viene quizás por el cargo que desempeña, además de que en cada trayecto "te encuentras con todo tipo de gente, desde jóvenes a mayores de quienes te acabas haciendo amiga". Reconoce que a más de uno le ha sorprendido encontrarse con ella nada más abrir la puerta del bus en una parada y que sobretodo son las mujeres quienes más se alegran de que por fin una mujer pueda también ocupar este puesto, "ya era hora" dicen. Por otra parte "tienes que tener mucha paciencia" ya no sólo con los pasajeros sino con el resto de conductores pero "estar al volante de un autobús como que impone y te dejan el paso la mayoría de las veces". La lluvia es su gran enemiga, porque le hace temer de algún susto en carretera como puedan ser las balsas o el asfalto resbaladizo.

Dependiendo de las zonas que recorre, observa que hay diferencias en los pasajeros, destaca que en Pozuelo "son muy educados y además se sube mucha gente mayor". Una media de 9 horas sentada hace que en su tiempo libre haga todos los recados andando por que "el cuerpo te pide movimiento" y el deporte no es su fuerte. A pesar de haber encontrado su futuro sobre las cuatro ruedas y saber que es por fin a lo que en verdad quiere dedicarse de por vida, recomienda a los jóvenes que estudien y que se motiven por alguna profesión, tal y como "yo me decidí por esta ya que a la hora de estudiar no sabía qué escoger".

Miriam es un ejemplo de joven y sobradamente preparada, con las ideas claras y los itinerarios determinados en su día a día y en su vida.