Marta López (Se abre en ventana nueva)Un spa y caldearium, una sala de fitness, una ludoteca, un gimnasio, dos piscinas climatizadas y otros tantos metros cuadrados destinados al deporte, forman parte de su día a día. Y no es porque esté en su casa, aunque así podría decirse, sino que está al mando de la construcción del nuevo polideportivo del Valle de las Cañas. A pesar de su juventud cuenta en su currículo con una trayectoria impresionante. En su último año de carrera, de eso hace cinco años, accedió a una beca para la empresa donde trabaja y fue responsable, en parte, del proyecto de la Ciudad Financiera del Banco Santander, en Boadilla.

Concluido el proyecto así como sus estudios "una época dura de compatibilizar", la empresa le destinó en 2005 a Pozuelo. En este tiempo su lucha diaria, en una jornada que sabe cuándo empieza "pero nunca cuándo acaba", coordina a un equipo de más de 100 personas además de "ajustar costes, revisar la producción, reuniones periódicas y estar al pie de la obra". Trabajar en un mundo de hombres, como se suele decir, "ha sido más fácil de lo que pensaba" pero es que "aquí impera el respeto entre todos".

Quizás por los prejuicios establecidos, sorprende hoy todavía ver a una jefe de obra ataviada con unas distinguidas botas de tacón así como finamente maquillada y con un atuendo no menos elegante y es que como dice "la obra no está reñida con la feminidad".

El día de la bandera, es uno de los grandes ya que significa que "a estructura está finalizada" y lo celebran todos con una chuletada en el edificio en obra. Es un momento "de gran satisfacción para todos". Su carácter, "capaz de adaptarme a cualquier situación", siempre alegre y nada predispuesto al enfado le permite llevar de la mejor manera posible su situación personal.

Está casada desde hace 3 años con "mi novio de toda la vida", y desde entonces viaja cada fin de semana a León, donde tiene a su marido y familia. Esos días son "para descansar y disfrutar de los míos, soy muy casera". Entre semana, la soledad es su fiel compañera pero eso le permite disfrutar de su "independencia y valorar con otra intensidad tanto los buenos como los malos momentos". En breve tendrá entre manos el mayor proyecto de su vida, será mamá de una niña y por lo que se ha planteado un cambio en su vida personal porque ya es hora "de tener estabilidad".

Cambiará Madrid por León, la soledad por la familia y ante el trabajo primará su hija aunque espera "poder seguir desarrollando mi profesión aunque sea a otra escala". Antes de hacer el equipaje y apostar por un nuevo futuro dejará en Pozuelo un edificio "singular, con un diseño de vanguardia y que no envidiará para nada la gestión y los servicios de otros centros de este tipo pero de titularidad privada".

Se irá satisfecha porque a juicio de quien visita tal monumental edificio aprecia que "se valore la dedicación y el esfuerzo de mucha gente".