- Elegir el deporte más adecuado a las características personales y que pueda ser realizado al menos 3 veces a la semana.
- Valorar que la actividad física siempre suponga un beneficio en vez de un riesgo para la salud.
- Antes de comenzar y al terminar la práctica deportiva, dedicar al menos un tercio del tiempo que se vaya a invertir en la actividad, para el estiramiento y calentamiento.
- La intensidad del entrenamiento/ejercicio debe ser progresiva. En caso de infecciones víricas o bacterianas, procesos febriles, etc., suspender temporalmente la actividad.
- Consultar con los especialistas (médicos, monitores, dietistas). Serán una ayuda importante, por experiencia, para la solución de lesiones y otras dudas.
- No ahorrar en material deportivo. Es dinero invertido en prevención de lesiones
- En caso de lesión: huir de la automedicación. Suspender la actividad y solicitar valoración médica. El abuso de antinflamatorios puede enmascarar lesiones sin curarlas.
- Una alimentación equilibrada aporta la energía necesaria para poner el organismo en movimiento.
- Nunca consumir sustancias extrañas para aumentar el rendimiento o la masa muscular, ya que estaremos dañando a nuestro organismo. Es preferible dejar el deporte y volver al "sillón-ball".
- Finalmente, es posible que el deporte se convierta en una prioridad y que el resto de las actividades del día se organicen alrededor de él. ¡Enhorabuena! El deporte se ha convertido en una necesidad: Disfrútelo con precaución.
- Utilizar siempre que se necesite el Servicio médico.