
Así es. Estudié magisterio con especialidad en Educación Física. Fui profesor en el colegio Las Acacias, primero, y después en Pinar Prados. Además, como esta asignatura suele gustar mucho a los alumnos, siempre he organizado actividades fuera del colegio como los viajes a la nieve en la Semana Blanca. E incluso cuando era joven fui jugador de baloncesto.
Pero, con 32 años todo cambió…
Apenas sentía síntomas, salvo estar más cansado de lo normal y sentir algunos calambres. Tras una analítica me detectaron unos niveles muy altos de creatinina, que es la que mide el índice de la función renal. Empecé a visitar distintos especialistas y algunos de ellos me llegaron a decir que me quedaban meses de vida. Otros, afortunadamente apostaron por ponerme un tratamiento que paró el deterioro renal hasta que hicieron las pruebas de compatibilidad a mi familia y fue mi padre el que me donó un riñón.
Su padre siguió viviendo con un solo riñón. ¿Es posible?
Claro que sí. Mi padre tenía en aquel momento 62 años y ahora que ya ha cumplido 84 años está fabuloso. No sólo se puede vivir con un solo riñón y hacer vida normal, sino que está comprobado que uno hace la función de los dos e incluso aumenta de tamaño.
¿Y usted cómo consiguió remontar esta situación?
Se pasa muy mal y sobre todo no dejas de preguntarte ¿por qué yo? Pero la ayuda de la familia, los amigos y la tuya propia te ayudan a ir recuperándote.
Y de nuevo el destino le jugó una mala pasada…
A los diez años del trasplante el riñón falló de nuevo. Tuve que volver a diálisis y a la espera de un nuevo riñón. Tras cuatro años de espera, recibí uno. Pero después de la operación mi cuerpo no lo aceptó y de nuevo, volví a diálisis y a la larga espera hasta que llegó un tercer riñón compatible conmigo. Estoy muy agradecido a las personas que me donaron su órgano así como a los familiares de los fallecidos que en ese momento decidieron dar los órganos (se emociona).
¡Donar es dar vida!
Un donante puede dar vida a muchas personas. He intentado transmitir a mis hijas el valor de la solidaridad para ayudar a los demás. Aunque España ya es uno de los países que más dona. De hecho, cuando participé en estos Juegos Olímpicos había un holandés que estaba agradecido a España porque su médula era española.
Un último mensaje...
Recomiendo hacer mucho deporte a todo el mundo. Y sobre todo después del trasplante porque es una motivación.