Manolo RoyoEste humorista, aragonés de nacimiento y vecino de Pozuelo de Alarcón desde hace 30 años, empezó su andadura profesional allá por el año 70, ingresando en el mítico circo de los hermanos Tonetti. Con el tiempo, su carrera artística ha pasado, y pasa, por la televisión, la radio, la prensa, el teatro, la zarzuela... medios en los que expresa su enorme capacidad creativa. Este mes conocemos DE CERCA a este alma risueña, alegre, unida al deseo de seguir siendo testimonio de una dedicación humana, tan necesaria, como la de querer transmitir, simplemente, lo mejor de la vida: el HUMOR.
 
En 1970 empezó su andadura profesional. ¿Cómo nace su vocación y voluntad para hacer reír a la gente?

La vocación es innata. En el año 69 pasé por delante del Circo de los hermanos Tonetti y tuve claro que quería ser artista. Pedí una oportunidad para salir a la pista y estuve 10 minutos haciendo imitaciones, que era por lo que se empezaba entonces. Imitaba a Rodríguez de la Fuente, a César Pérez de Tudela, etc... la gente se rió muchísimo y estuve haciendo funciones hasta que se fue el circo. Y a partir de aquí, ya no he parado de trabajar.

¡Sus compañeros de pupitre ya se reían con usted!

Así es. Me acuerdo que me preguntó el profesor quiénes eran los Reyes Católicos y contesté que eran unos Reyes que iban mucho a misa. Y mis compañeros se morían de la risa. Me gustaba más hacerles reír que sacar buenas notas. Es importante buscar y encontrar hacer lo que a uno le gusta.

¿Y cómo es esa experiencia de trabajar en un circo?

El circo es el mayor espectáculo del mundo. Cuando las mujeres no estaban bien vistas en la sociedad, cuando en el siglo pasado no las dejaban votar... en el circo eran princesas, artistas y muchas de ellas lideraban en todas las especialidades. El público iba al circo a ver a Pinito del Oro. El circo es una comunidad en donde siempre se ha respetado mucho a las profesionales y a las personas. Es la verdadera unión de culturas en donde actúan un trapecista ruso, un tirador de cuchillos mejicano, un domador ucraniano, unos payasos españoles, etc. Los artistas del circo, además, son los grandes polifacéticos y tienen la oportunidad de ensayar desde que se levantan hasta que empiezan sus funciones porque viven en su trabajo. Antiguamente el circo nos acercaba a lo insólito. Para ver a la mujer barbuda, al forzudo que levantaba 200 kilos... íbamos al circo. Larga vida al circo.

Dicen que es más difícil hacer reír que hacer llorar.

A mí me resulta más fácil hacer reír, para todo no valgo. El humor es necesario y en tiempo de crisis, más. Necesitamos reír, sonreír. Dicen que es mejor diez minutos de risas que una hora de yoga.

Hablando de valía, dicen de usted que es un artista renacentista porque interpreta, inventa, actúa, canta, pinta, escribe...

Uno de los piropos más bonitos que me han dicho en mi vida es que soy un gran payaso y así es. Yo soy payaso, lo que pasa que no atrevo a pintarme la cara por el respeto que les tengo. Intento ser bueno en lo que hago porque soy una persona metódica, insistente, cabezón... el otro día me dijo un amigo mío que le había comentado un vecino que soy muy trabajador porque cuando pasa por mi casa a pasear el perro me ve siempre en el ordenador. La verdad que yo no soy consciente pero es verdad que soy constante y dedico cinco o seis horas diarias al trabajo. Aunque escribir es lo que más me cuesta. Escribir es muy difícil. Admiro mucho a los escritores.

Ha pasado usted por todos los escenarios de la actuación: radio, televisión, teatro... ¿Cuál es el mejor para hacer humor?

Sin duda, el teatro. Es el más difícil pero el mejor. El año pasado en el Teatro Arenal estuve tres meses llenando las butacas con un espectáculo en el que salía yo sólo. Y la televisión en directo también me gusta mucho. ¿Quién actúa hoy en directo? Muy pocos. Sólo lo hacen los buenos profesionales.

Tiene una gran capacidad creativa y de expresión. ¿Qué necesita tener un buen humorista?

Como decía Picasso, cuando te llegue la inspiración que te encuentre trabajando. Es muy importante trabajar, ser constante. Siempre llevo conmigo un papel y un boli porque cuando me surgen las ideas necesito apuntarlas. Las ideas no se pueden perder. Hace falta tener habilidad, don para crear y luego hay que trabajar mucho. El cielo con la mano se toca en contadas ocasiones.

Manolo Royo¿Y usted cuándo ha tocado el cielo con la mano?

Cuando hago reír a la gente. Tengo unos seguidores que no me fallan. Mi público es tan mayor como yo y siempre está ahí. Me vienen a ver al teatro, me siguen y nos reímos mucho. Empatizo mejor con el público mayor de 45 años porque es el que mejor me entiende. Si hablo de la mili, ellos captan rápido mi mensaje y la gente joven de ahora habla más de redes sociales, de internet, de cpu´s, etc... Los contenidos del humor han cambiado.

El humor ha cambiado con el tiempo y usted cuenta con una gran trayectoria. ¿Cómo se ha ido renovando?

Renovarse o morir. Nuestros hijos no nos tutetan, nos tuitean. El otro día mi hijo se tiró un pedo y le dije, ¿Qué has hecho? Y me contestó: nada Papa, que me ha entrado un wassap. Para mantenerse hay que ir adaptando el contenido de los chistes a los nuevos tiempos, a las nuevas modas. Aunque la forma de expresión es siempre la misma, cada vez con un poco más de experiencia. Es un logro hacer reír al público en un escenario sin nada, sólo con un traje, la voz y hablando en un lenguaje correcto, no grosero. Hablando de la cintura para arriba porque así es como un espectáculo es bueno para toda la familia. Y esto para mi es ser un profesional y no actuar por ser amigo del jefe de la sala o del director del programa. Recomiendo a los jóvenes que se quieran dedicar al humor que se formen, que se fijen en los que les han precedido en el cargo y que sean constantes.

¿Qué próximos proyectos tiene en mente Manolo Royo?

Seguir haciendo humor, pintar y escribir. Tengo previsto sacar al mercado el libro número 16, sobre Twitter. Y no pierdo la esperanza de actuar en Pozuelo de Alarcón. Tenemos un maravilloso Teatro y un estupendo Torreón.

Es vecino de Pozuelo de Alarcón desde hace 31 años. ¿Qué destacaría de este municipio?

Tengo la suerte de vivir rodeado de buena gente, de buenos vecinos. Pozuelo me gusta porque está cerca de la Sierra y de Madrid capital. Te dejas subir y estás en la sierra madrileña, te dejas caer y estás en la Casa de Campo y un poco más y estás en la capital. Aunque cada día es más complicado entrar en Madrid con tanta manifestación.

¿Cómo ha evolucionado Pozuelo en estos años?

Muchísimo. Ha pasado de ser un municipio de veraneo a residencial. Pozuelo tiene unas urbanizaciones muy buenas. Se han cuidado mucho. Además, con la ayuda del Ayuntamiento tenemos unas zonas verdes maravillosas, unos centros deportivos de nivel y se han creado ofertas de ocio de calidad con programaciones como las del MIRA Teatro o el Certamen de Pintura "Mujeres en Igualdad de Pozuelo de Alarcón" en el que acabo de ganar el primer premio. Todo esto son alicientes para el ciudadano de este municipio que ve que no depende de Madrid capital.