
Pese a que cada vez la comunidad internacional parece más sensibilizada en torno a este grave problema, todavía hoy se trata de un fenómeno que permanece en la sombra y del que apenas se habla.
Sin embargo, estamos ante una de las formas más graves de Violencia Oculta e Invisible que existen en nuestra sociedad. Apenas hay estudios o investigaciones sobre la misma, pero como asevera la catedrática de sociología María Teresa Bazo, 5 de cada 6 casos de maltrato a personas mayores permanecen ocultos. Según la Red Internacional para la Prevención del Maltrato a Personas Mayores (INPEA) afecta entre el 3 y el 5% de los que residen en su domicilio y el 10 y el 15% de los que residen en instituciones.
Si a estos datos estadísticos, le añadimos el hecho de que estamos ante una sociedad cada vez más envejecida, podemos hacernos idea bastante clara de cómo esta forma de violencia afecta cada vez más a nuestros mayores, tanto mujeres como hombres. El maltrato en la vejez se puede producir tanto en el ámbito de las familias como en el seno de las instituciones. Por lo tanto no sólo representa una forma extrema de violencia doméstica y/o familiar, sino también de violencia institucional.
En realidad estamos ante un problema social emergente, al que se debe dar una respuesta urgente tanto desde las Administraciones Públicas como desde los sectores privados, y ante el que nuestra sociedad no puede permanecer impasible, sino que debe sensibilizarse y oponerse rotundamente.
En este Día Mundial tenemos que denunciar la situación de discriminación, vulnerabilidad y desigualdad que sufren las personas mayores, (lo que actualmente se viene a llamar edadismo, que es igual de grave que el sexismo o el racismo), y muy especialmente las diversas formas de maltrato a las que se pueden ver sometidos: físico, psicológico, sexual, económico, medioambiental, negligencia activa, negligencia pasiva y abandono.
Este Ayuntamiento es consciente de la importancia y necesidad de realizar una labor preventiva en esta área, además de potenciar la figura de nuestros mayores como agentes activos tanto en las familias como en la sociedad. Su experiencia y sus conocimientos siempre serán valores añadidos, y como tales deben de ser reconocidos, cuidados y respetados.
Por un mejor trato entre generaciones: tolerancia cero frente a cualquier forma de violencia hacia nuestros mayores.